viernes, 26 de abril de 2013

Fortunato -el personaje literario enajenado- que daría origen a la transformación del Bufón o el Loco.

Como deciamos anteriormante: Warncke limitó su indagación literaria a proposito de los arlequines y acróbatas en las fuentes escritas de la vanguardia francesa. Con posterioidad, estos estudios han ido más allá, llegándose a justificar el antecedente que ésta tendría en el personaje literario -Fortunato- que crease el escritor americano Edgar Allan Poe (1809-1849).
El profesor Andrés Luque Teruel, desde la Universidad de Sevilla, ha estudiado Los bronces de la época del estilo rosa...; proponiendo dicho precedente como justificación de la transformación del busto de Max Jacob. 
Esa es la conclusión  que pretendemos proponeros ahora, y para ello os expondremos el estiduo eleborado por este autor.
En primer lugar:  adjuntamos unos  pequeños fragmentos literarios que pueden dar una idea de este personaje - Fortunato-:
  • ...Tenía un punto débil, aunque en otros aspectos era un hombre a respetar e incluso a temer. Se enorgullecía de ser un connoissur en vinos, ...En su mayor parte, su entusiasmo está adaptado a encajar con el momento y la oportunidad, a practicar su impostura con los millonarios británicos y austriacos. En pinturas y gemas, Fortunato, como sus compatriotas, era un charlatán, pero en asuntos de viejos vinos era sincero. En este aspecto yo no difería materialmente de él: yo también era hábil en las añadas, y lo ponía de manifiesto cada vez que podía. (...)Era casi oscuro una tarde, durante la suprema locura del carnaval, cuando encontré a mi amigo. se me acercó con excesivo calor, porque había estado bebiendo mucho. Iba disfrazado de payaso. llevaba un traje ceñido, con rayas de colores, y su cabeza estaba coronada con el típico sombrero cónico de cascabeles. me sentí tan complacido de verle que creo que jamás estreché su mano como en aquel momento. Lle dije:  -Mi querido Fortunato, qué suerte encontrarle. qué aspecto tan extraordinario tiene hoy. pero he recibido un barril de lo que pasa por ser amontillado, y tengo mis dudas. -¿Cómo? -exclamó- ¿Amontillado? ¿Un barril? Imposible ¿Y en pleno carnaval? -Tengo mis dudas -repetí-. y cometí la torpeza de pagar su precio como amontillado sin consultarle antes a usted al respecto. No había forma de encontrarle, y temí perder el trato. Se lo llevó a los labios con una ligera mirada de soslayo. Hizo una pausa y asintió familiarmente con la cabeza en mi dirección, haciendo sonar los cascabeles.
El Texto de Poe -medio siglo antes que el de Baudelaire- propone a su personaje Fortunato, embriagado, enajenado de sus sentidos, y, así, es enagañado.
Brassaï -Conversations avec Picasso- confirmó que entre los libros de Picasso, en 1945, se encontraba raros bibliográficos de este autor, cuya procedencia podría remontar a aquella época. El nexo Picasso-Poe podría establecerse a través de Gertrud Stein, americana como éste, también era escritora y en esa época estaba sumida en el contexto parisino. así, se convertiría en el foco de irradiación de los temas de Poe, pudiendo porporcinar la referencia a Picasso.
El texto anteriormente propuesto es determinante, Montresor, el personaje que interactua con Fortunato en ese día de carnaval, quiere vengarse de él, y aprovecha la situación propicia, en que Fortunato, bebido, está totalmente enajenado. En ello hay un tratamiento moralizante: Un hombre que no domina sus sentidos no es el hombre que habitualmente es, se convierte en una caricatura de sí mismo, es un trágico payaso, en un loco irresponsable fuera de sí.
Poe propone una asociación del arlequín con la figura del loco, el irreflexivo -en el sentido del rey de los imbéciles del Jorobado de Notre-Dame.
Todo ello llevado al terreno particular de Picasso, en la cronología de la conformación de la pieza y su posterior transformación, donde la asociación propuesta por Poe -Arlequín-loco-, puede estar referida al marido de Fernande Olivier -El escultor loco- que citó el propio Picasso en la carta publicada por Olano; os recordamos de ella lo siguiente:...Había un grave impedimento que era su marido legítimo -al referirese a la imposibilidad de casarse con Frenande- el escultor loco, ya que el matrimonio no había sido resuelto.
La enajenación, que viviría el marido, como un loco ante la relación de su mujer con Picasso, sería la que el profesor Luque Teruel argumenta como justificante de la transformación experimentada en el retrato de MAx Jacob:...el original de ser lo que era y se convirtió en un adlátere que representó con un modelo iconográfico, el payaso de Poe -o prototipo de enajenado-.
Os ofrecemos para términar un gouache de 1905 titulado Organillaro, donde aparecen dos arlequines, uno según todo lo hasta ahora expuesto encarnaría el ideal de Poe y el otro el de Baudelaire.

miércoles, 24 de abril de 2013

Buceando en las fuentes literarias: El Bufón o El Loco.

Como hemos planteado, Kahnweiler aportó un testimonio personal de Picasso - con motivo de la conversión del Retrato de Max Jacob- pero insistimos, cabe hacer alguna otra precisión con respecto al fundamento de la transformación. Pues bien, además del cambio de identidad temporal planteado por Günter Metken y Spies, nos encontramos la transformación planteada por Warncke.

Seguidamente os proponemos el estudio que sobre este tema planteó  Carsten-Peter Warncke –Picasso; Colonia, Benedikt Taschen, 1992, Vol.1- quien interpretó la transformación del busto del Bufón o Loco de un modo muy distinto.
Para él, como para gran parte de la vanguardia literaria del momento, los disfraces de arlequines, a través de un proceso netamente intelectual, son considerados como mascaradas.
Warncke propone y defiende una línea evolutiva a través de las propias fuentes literarias, y en ese proceso atributivo expone dos puntos de partida:
·         El primer punto de partida considerado es a partir del personaje de Alfred Jarry en la farsa grotesca y satírica Ubu Roi –obre de teatro escrita y estrenada en 1896-. Según Brassaï –Conversations avec Picasso; París, Gallimard, 1964. Edición ampliada, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 2002- Picasso contó con un ejemplar de esta obra. En la trama propuesta por Jarry se narra los avatares por los que un burgués convertido en salvaje llega al poder y desarrolla un comportamiento brutal.
·         Por otro lado Warncke propone como punto de partida el Arlequín de Baudelaire, un personaje solitario, miserable y totalmente despersonalizado, y cómo este personaje degenera en la Alegoría del artista dentro del ámbito circense de Edmond Goncourt –para quien el arlequín es el único que puede estar capacitado y predispuesto a exponer sin reparos las verdades que afectan a todos los niveles sociales-. Tanto uno como otro, como más adelante Daix, plantean el principio de identidad entre la iconografía del arlequín y la simbología del loco –aunque otros autores han ido aún más allá, y como Teodoro Reff  pensaron que tal loco era un loco de amor en el sentido shakespiriano propuesto en Hamlet-
En la evolución de ambas posibilidades, Warncke tuvo en cuenta también los antecedentes hispánicos, y sin duda, el más cercano en el tiempo lo expuso Santiago Rusiñol con el estreno teatral -16 de enero de 1899 en el Teatro Lírico de Barcelona- de La alegría que pasa, una obra teatral de carácter simbolista cuyo argumento trata de un pueblo desconocido, en tiempos contemporáneos, que recibe la visita de un carromato de gimnastas itinerantes.- la obra muestra el conflicto entre prosa (pueblo) y poesía (gimnastas)- Per una banda, els gimnastes, representatius de la bohèmia, pretenen esplaiar la gent del poble amb el seu espectacle, però el poble no els entén i els rebutja. Por un lado, los gimnastas, representantes de la bohemia, pretenden divertir a la gente del pueblo con su espectáculo, pero el pueblo no los entiende y los rechaza. Entre ambos mundos se establece un personaje puente que es el hijo del alcalde, quien aunque pertnece al mundano pueblo, ha conocido y prefiere la vida de los artistas.

A modo de inciso, decir que Warncke propone la inspiración de Picasso para su obra El actor –París 1904, expuesto en la actualidad en el MET  de N.Y.) a partir de este texto teatral.

Como vemos en esta ocasión, Warncke propone y defiende la transformación a raiz de la Vanguardia literaria, y como ésta:  propone la mascareda como disfraz, al que Picasso somete, en un momento dado, de este Retrato de Max Jacob.   
Warncke se limita unicamente a la justificación del arlequín y los acróbatas –y sus significados- dentro de la Vanguardia literaria francesa –y peninsular-, pero hay quien va más allá y sostiene que aquella tuvo un antecedente iconográfico  en Fortunato, el personaje literario crado por Edgar Allan Poe.
De eso os seguiremos informando.

jueves, 18 de abril de 2013

Una primera interpretación del Bufón o El loco.

Nos habíamos quedado en como Picasso, a través de Kahnweiler, reconocía la transformación que había realizado en este busto, desde el proyecto original en que se trataba  del retrato de su amigo Max Jacob hasta haberlo convertido en un arlequín.
La crítica estudiosa de la iconografía Picassiana acerca del tema de los arlequines –Pierre Daix, Geroges Boudaille, Anthony Blunt y Phoebe Pool- estudiaron sus variantes iconográficas…hacia la configuración de una de sus obras más importantes, “La familia de saltimbanquis”, pero en ningún momento relacionaron de modo explícito a este bronce con todo ello.
Unos –entre los que se encuentra la visión de Spies- vieron el arlequín como un disfraz, como la transformación de una identidad en otra temporal que suplanta la primera. En este sentido también se interesó Günter Metken -3 de mayo de 1903. cuaderno de apuntes del la época rosa. En Pablo Picasso. Sammlung Marina Picasso (Catálogo de la colección Marina Picasso) München, 1981, pp. 35 a 58-.
Spies supone que una transformación de este tipo -una transformación de la personalidad-, como la que Picasso habría realizado en el busto de Max Jacob, donde para ello suplementó ese gorro-corona con cascabeles, Picasso habría recurrido a la iconografía de los reyes burlescos –iconografía, por otro lado, que Picasso ya había representado en el Ex libris  de Apollinaire y en el dibujo El rey Dagoberto, en la actualidad en el museo Pushkin de Moscú-. Sí esto fue así, la transformación del busto tendría un carácter irónico, sería como una burla, denigrando –supuestamente- a la figura del amigo por motivos que ineentaremos esclarecer más adelante.
Recordemos que Max Jacob en 1909, como encargo del galerista y marchante Henry Kahnweiler, había escrito el texto para un libro titulado Saint Matorel –que viene a ser ejemplo de lo que podríamos llamar novela mística- coincidiendo con un momento en el que Jacob, nacido judío, se convertía al catolicismo, inmerso en una visión mística plena.
¿Pudo ser este el motivo por el cual, de manera irónica, Picasso coronó a Max Jacob con esa corona de bufón?
El argumento de Saint Matorel es el siguiente:…Victor Matorel, el protagonista de la historia –un trasunto del propio autor- es un hombre que apenas sobrevive con empleos de baja categoría, y que tiene un gran amor. Experimenta, seguidamente, una iluminación religiosa e ingresa en un monasterio de Barcelona. Finalmente muere y va al cielo.
¿Cómo interpretaría este argumento Picasso, sería motivo para cambiar el busto del amigo?
Es difícil saberlo; cabe la posibilidad que Picasso comsiderarse el cambio de religión de su amigo como una bufonoda, es posible, pero os adelanto que no es la única explicación en cuanto a esta intervención de Picasso en su propia obra.
Finalemente os adjuntamos el resultado de la colaboración entre Picasso y Max Jacob con motivo del encargo de Saint Matorel.
El encargo de esta obra por Kahnweiler debía haber sido ilustrada para su publicación por André Derain –Kahnweiler ya había publicado una obra de Apollinaire con xilografías de Derain-, pero este rehusó, ya que consideró la obra como una extraña mistura de géneros literarios. Fue entonces cuando el marchante pensó en Picasso para ilustrar la obra, por otra parte de su propio amigo; proposición que Picasso, por supuesto, aceptó. El artista entregó un conjunto de aguafuertes (4 uds), que se imprimieron por Les Presses Eugène Delâtre. Fueron realizados entre agosto de 1910, en Cadaqués, y el otoño de ese mismo año, en París, y son considerados de singular relevancia ya que se encuentran en el camino inicial a lo que vamos a considerar como Cubismo analítico.
Os enseñamos un ejemplar del libro de Max Jacob ilustrado por Picasso, del que os mostramos las cuatro imágenes grabadas para el encargo.
Libro ilustrado con grabados originales:
4 aguafuertes de Pablo Picasso. 26,5x22,4x1,5cm. 85 p. Ejemplar nº 89/100, sobre papel de Holanda de van Gelder FPCN 2069. Cramer, 2
Su descripción pormenorizada es la siguiente:
- Mademoiselle Léonie (1910, agosto, Cadaqués, y otoño, París). Aguafuerte sobre cobre. 20 x 14,1 cm (Bloch 19, Geiser/Baer 23)
- La table (1910, agosto, Cadaqués). Aguafuerte sobre cobre. 20 x 14,2 cm (Bloch 20, Geiser/Baer 24)
- Mademoiselle Léonie sur une chaise longue (1910, agosto, Cadaqués, y otoño, París). Aguafuerte, rascador y punta seca sobre cobre. 20 x 14,2 cm (Bloch 21, Geiser/Baer 25)
Le couvent (1910, agosto, Cadaqués). Aguafuerte sobre cobre. 20 x 14,1 cm (Bloch 22, Geiser/Baer 26)
 

miércoles, 17 de abril de 2013

Un "Bufón" en bronce -"La cabeza de un loco con un gorro de cascabeles"-

Fechado en París, 1905. No se conserva el original, que pudo haberse hecho en cera. Tampoco se conserva ningún modelo intermedio. La primera edición en bronce se data en torno a 1910. De ella conocemos dos ediciones posteriores en fecha. La que aquí os mostramos se puede ver en el Museo Picasso de París.
Se trata de la segunda escultura de Picasso que aparece en el catálogo de Kanhweiler y Brassaï, o la cuarta en el de Werner Spies. Aunque de ella proclamó Pierre Daix –en “Los años del gran cambio”; en Picasso, 1905-1906.- ser la primera escultura importante de su autor.
Picasso la modeló en París, en 1905. Aunque la obra no aparece citada por Fernande Olivier –Picasso et se samis; París, Stock, 1933, p.58- entre los arlequines ni los saltimbanquis de Picasso, refiriéndose a ella como…la cabeza de un loco con un gorro de cascabeles.
Kanhweiler –The Sculptures of Picasso; Londres, 1949, p.2- ofreció en su publicación la versión al respecto del propio Picasso, reconociendo aquél el modelado de un retrato de su amigo Max Jacob, que en una segunda fase transformó y convirtió en un arlequín; a cuya versión sumó Kanhweiler su propia opinión, al reconocer el parecido –relativo- de la parte inferior de la cara con Max Jacob.
Es esta ocasión la única en que Picasso trató la figura del arlequín de manera escultórica, es por ello, por su plástica referida al periodo de los arlequines, por lo que podemos considerarla un ejemplar excepcional.
Mucho se ha escrito acerca de este bronce, y de ello os daremos noticias próximamente; sirva como adelanto las palabras citadas anteriormente de Fernande Olivier, que hacen reflexionar sobre si realmente se trata de un bufón o un loco, más aún: Un marido burlado.

jueves, 11 de abril de 2013

La Suite “GRABADA” de los Saltimabanquis.


La primera carpeta de obra gráfica de Picasso la publicó el marchante Ambroise Vollard. Lo hace en 1913 y la titula Suite de los Saltimbanquis. Fue una serie constituida por quince planchas aceradas y tiradas por Fort; Se editaron  de 27 a 29 ejemplares sobre papel verjurado Japón y 250 sobre papel vitela Van Gelder; y en ella Vollard recopilaba la práctica totalidad de los grabados que Picasso realizó entre 1904 y 1906.

Hoy podemos encontrar un ejemplar de esta carpeta, donado por la Fundación Málaga en el año 2005, entre los fondos artísticos de la Fundación Pablo Ruiz Picasso.

En 1899 ya encontramos a un primerísimo Picasso dedicado a la técnica del grabado, de aquel momento conocemos El zurdo; pero éstos son los primeros  que el artista acomete, podríamos decir, de manera más seria. Picasso había sido iniciado en el grabado por su amigo Canals, y seguidamente, al amparo de Eugène Delâitre –considerado uno de los grandes grabadores- en París.

Esta Suite recopila la producción gráfica de Picasso previa al cubismo, y ejemplifica la evolución que acontece en Picasso  desde el periodo azul al rosa, así como el inicio de su primer clasicismo.

Entre las estampas publicadas podemos encontrar Comida frugal –septiembre de 1904-, Los pobres –invierno de 1904-1905-, algunos ejemplos de bustos femeninos y masculinos –principios de 1905-, el conocido como Ciclo de los saltimbanquis –primavera de 1905-, La familia del arlequín –primavera de 1905-, Salomé –de 1905-, y El abrevadero –de principios de 1906.
 

 
De esta serie ya han aparecido algunas de la imágenes es entrandas anteriores. Os mostramos algunos otros ejemplos:
Los dos Saltimbanquis.
La familia de los saltimbanquis con mono
El Circo
Los Saltimbanquis

La danza Bárbara


lunes, 8 de abril de 2013

Arlequín perdido aparece en Madrid.


Recientemente, el 4 de abril, la galería Leandro Navarro ha inaugurado una exposición individual de  Picasso en la que, a través de 15 obras, se realiza un viaje por la trayectoria del maestro, todo ello acompañado con las siempre sugerentes palabras de Francisco Calvo Serraller, esta vez bajo el título Viaje al Fondo de Picasso.

Pues es allí donde en sus paredes aparece, una vez más, la imagen del arlequín, atestiguando su importancia como tema y la dedicación reiterativa que Picasso presta a éste, y sí para Calvo Serraller esta retrospectiva…nos aproxima de una manera diferente y sin duda interesante, a casi todas las etapas por las que pasó el artista, es obvio que el tema de los arlequines quedase constatado.
Como decía, allí -en la Galería de Leandro Navarro- firmado en el ángulo inferior izquierdo, cuelga un dibujo –lápiz sobre papel de 28 X 21,5 cm.- de un arlequín.

En el verano de 1916, Picasso llenó un cuaderno con bocetos de dibujos a gran tamaño que mostraba tanto su herencia Cubista, como su adhesión naturalista. En esos momentos -1916- Picasso retoma el tema del arlequín: una vez más lo representa como  alter-ego, pero en  esta ocasión su trabajo coincide con el diseño para la producción del Ballet Parade de Jean Cocteau, lo que añade un valor adicional rememorando al personaje de la Comedia dell’arte.

De aquel cuaderno de bocetos, el objeto más común que aparece dibujado –de los que se conocen- es el arlequín; aparece representado  en  dos páginas de éste, siendo siempre tratados con poses muy parecidas a la del arlequín que vemos en este dibujo. El tamaño de la hoja, su estilo y el objeto se parecen tanto a los dibujos de aquel cuaderno que todo parece indicar que este dibujo corresponde a una de las 8 páginas de aquel cuaderno cuyo paradero se desconoce.

No os perdáis la oportunidad de comprobarlo,  la muestra permanecerá abierta al público hasta el 12 de mayo.

domingo, 7 de abril de 2013

Los adolescentes picassianos se despojan de su disfraz


No todo es tristeza y desesperanza tras La muerte de Arlequín. Retomando La Evocación  (1901), inspirada también en una muerte, la del joven Casagemas, cabe vislumbrar un atisbo de esperanza, aquí reflejada en los niños que juegan frente a su madre portado un bebé, signos de vida nueva que se regenera frente la muerte del futuro enterrado. Tomando la muerte de Casagemas como enlace y punto de partida para la escena mortal de Arlequín, sin olvidar la sucesión simbólica de las etapas de la vida del cuadro de 1901, se intuya que Arlequín no muere, se regenera en los nuevos adolescentes que pintará Picasso, herederos del mundo del circo, pero ya despojados de sus ataduras a los escenarios con aires de espectáculo alegre. Traen consigo una nueva etapa, si bien aún rosa, siendo ahora ellos mismos su propio espectáculo. En palabras de Daix: "Los muchachos de azul, que al principio provienen del circo, no tardarán en dejar de ser arlequines. Serán simplemente adolescentes elegantes, enriquecidos por la seducción de su edad y de la poesía soñadora que llevan consigo".
Destaca sin duda el millonario Muchacho de la pipa, de 1905, que, en mayo de 2004 rompió récords convirtiéndose en el cuadro más caro de la historia del arte contemporáneo al venderse en una subasta de Sotheby’s en Nueva York por 104,168 millones de dólares (85,6 millones de euros). El empobrecido y hambriento Arlequín había dejado definitivamente de serlo y ahora se coronaba con las flores del éxito.

El muchacho de la pipa. 1905.

Edith Carrillo

sábado, 6 de abril de 2013

La muerte de Arlequín


El irremediable final de la sucesión de rostros juveniles vacíos de inocencia acaban con la muerte del viejo y sufriente niño-arlequín, surgiendo una obra excepcional en la producción de Picasso, si no a nivel estrictamente iconográfico, sí a nivel temático y de posible significación. En cuanto a la prácticamente ausente falta de innovación en la disposición de los elementos, hay que tener en cuenta como claro precedente La muerte de Casagemas de 1901, realizada tras el golpe que supuso el inesperado y traumático suicidio de su amigo. Pero también otras, como el casi desconocido dibujo titulado El Muerto, que sirve de transición, o La Evocación (también titulada El entierro de Casagemas), volviendo a la cuestión del suicidio.  
El resultado de una serie de dibujos preparatorios sobre la muerte de Arlequín, a lo largo de 1905 y principios de 1906, desembocaron en la acuarela definitiva, donde se fijan y se eliminan los diferentes elementos compositivos con los que Picasso venía jugando en sus ensayos en tinta china. La escena inicial de luto, con varios elementos meramente anecdóticos se fue simplificando, aunque en esencia permaneciera casi inviolable.
Ante la, entre comillas, ingenua obra sobre la muerte de Casagemas, en la que sencillamente plasma el rostro del cadáver de su amigo como la realidad más cruda, teñida de una estética de exaltación colorística propia del Van Gogh más lunático, aparece la casi simbólica Muerte de Arlequín. Según la mayoría de los estudiosos la complicación de la escena no prevalece en su composición o elementos, sino en la prueba definitiva de que Arlequín, ahora muerto, es el alter ego de un Picasso que le asesina abiertamente, quizá en busca de nuevas soluciones, quizá no tan lejos de la crítica a la alienación de uno mismo, y de los demás. 

La muerte de Casagemas. 1901.

La Evocación. 1901.

La muerte de Arlequín.

Edith Carrillo

jueves, 4 de abril de 2013

El Guernica de los Saltimbanquis


Nos ha sorprendido el visionado de un cortometraje titulado Guernica, que entre 1949 y 1959 realizó Alain Resnais y Robert Hessens –blanco y negro, 15’-, y que desde aquí os recomendamos.

Su producción se realizó a la par de otro proyecto, éste inacabado, que el MOMA encargó con el mismo nombre y tema a Flaherty, -el documentalista por excelencia-.
El objeto de interés de esta propuesta es la de situar el Guernica de Picasso en un contexto donde no sólo se representa a sí mismo, y por extensión a la Guerra Civil española y lo que fue el Bombardeo de GuerniKa, sino también en un contexto social y político internacional. Y todo ello como un grito-denuncia.
Subrayando la elaborada utilización de los recursos fílmicos, vemos como la obra –que no aparece íntegra- se muestra fragmentada y combinada con otras obras de Picasso, tanto pinturas, dibujos y collages, como esculturas y cerámicas, todas ellas realizadas entre principios de siglo y 1949.
Precedida de un breve prólogo, donde relata los hechos del bombardeo, con la imagen de la ciudad en ruinas, se suceden en tres tiempos la presentación de las víctimas, los verdugos y la masacre, para acabar con una coda final a modo de aliento de esperanza.
Es el momento de presentación de las víctimas el que realmente nos ha seducido, pues, tras la imagen arrasada de la ciudad aparece desde atrás una de las obras de Picasso La familia de saltimbanquis de 1905, que fundiéndose con las ruinas del bombardeo, acaban convertidos en protagonistas de la escena tras la desaparición del lugar, quedando solos en la imagen. Ello da paso a un suceder de imágenes de obras de Picasso de su etapa Azul y Rosa, donde los saltimbanquis, los arlequines y todos esos personajes…actores gentiles, tan tristes y dulces, se convierten en eso: los protagonistas de tan cruel destino.


Nos llama poderosamente la atención como el film recurre a estos personajes para encarnar la gente corriente de Gernika. Como bien escribe Paul Eluard para el guión del documental:

caras amigas en el fuego, caras amigas en el frio, oprimidas, humilladas, golpeadas, ocultas en la oscuridad. Caras amigas frente a la nada. Pobres caras sacrificadas, su muerte será una advertencia para todos. La muerte. Un corazón derrotado.
 Les hicieron pagar el pan con la vida. Les hicieron pagar el cielo, la tierra, el agua y el sueño con la vida. Les hicieron pagar por la miseria.
 Gentiles actores, tan tristes pero tan dulces. Actores de un drama perpetuo, Vosotros no habíais pensado en la muerte. El miedo y el valor para vivir y morir. La muerte tan difícil y tan fácil. Las mujeres y los niños tienen el mismo tesoro en los ojos, los hombres lo defienden como pueden.

Esta parte acaba con la imagen de la obra Muerte de un arlequín, seguida de una de sus imágenes de mujer con el brazo alto y la mano extendida; precisamente es esta, a modo de gesto de despedida, la que pone fin a esta presentación de las víctimas. Una despedida de ese mundo ante la barbarie, que como a Picasso, sus personajes tendrán que acostumbrarse en reiteradas ocasiones: en el 14, ante la primera Gran Guerra, luego, a la española, en el 36, y poco después en el 39.


Aquí las víctimas son las que nuestra compañera, Edith Carrillo, os venía presentando como La familia entre el azul y rosa, La familia del arlequín, sus Animales-payaso, El joven arlequín asexuado, El loco-saltimbanqui, todos ejemplos de Melancolía o Júbilo.




lunes, 1 de abril de 2013

El joven arlequín asexuado


Los niños o adolescentes de las obras de Picasso eran otro de los elementos individualizados que luego incluiría en composiciones más complejas donde dejarían de ser muchachos solitarios o parejas de adolescentes, desnudos o vestidos, acompañados de algún animal. Como tema en sí mismo conforman una parte importante de la iconografía picassiana desde que empezaran a aparecer sin sus progenitores en dibujos preparatorios a finales de 1904. Son quizá otro de los alter ego de Picasso, mentes maduras, casi precoces en su participación de los problemas de la vida cotidiana, más teniendo en cuenta su trabajo como integrantes de circo o acróbatas y arlequines en ciernes, encerradas en cuerpos delgaduchos y rostros tan juveniles en fisionomía, como viejos en gestos. Son niños herederos de aquellos hambrientos del periodo azul, como el de Pobres a orillas del mar (1903), ahora su psicología de niñez interrumpida en contraste con los alegres colores de sus trajes de arlequín. Inolvidable es la mirada perdida del joven de Cabeza de Arlequín (óleo sobre lienzo) o la postura de firme timidez y manos cogidas del pequeño arlequín del gouache Comediante y niño. A menudo, como es este último caso, aparecen con un adulto, mentores suyos, tan protectores como impulsores del futuro de los jóvenes protagonistas a las garras del mundo de fantasía que es el circo, pero también de lucha por la identidad propia y resistencia del cuerpo.  
Mención aparte dentro de este bloque merecerían, no sólo los niños, sino también las niñas, o aquellos infantes de sexo dudoso, también melancólicos, pensadores de la situación del mundo al que pertenecen, que no sólo parece robarles la identidad bajo coloridos disfraces y vistosos sombreros, sino también su sexualidad, estrategia del propio Picasso, o no. Todos así se igualan, no sólo por su corta edad, ante su condición de objetos de espectáculo circense. Arlequín sentado o La acróbata de la bola, del periodo rosa pleno, son ejemplos claros de esa hibridación. 

Pobres a orillas del mar. 1903

Cabeza de Arlequín. 1905

Comediante y niño. 1905

Acróbata y joven arlequín. 1905

Arlequín sentado. 1905

La acróbata de la bola. 1905

Edith Carrillo

Para más información:
OCAÑA, Mª Teresa. "Del azul al rosa". En Picasso 1905-1906. De la época rosa a los ocres de Gósol. Barcelona. Electra. 1992.