viernes, 15 de marzo de 2013

La cotidianeidad de Picasso desvelada por el objetivo de una cámara.

En la entrada anterior: El artista-payaso se quita el maquillaje, Edith Carrillo os hablaba de la metáfora de la intención de mostrar la intimidad, la cotidianeidad tal cual es como, casi sin poder evitarlo, hizo años atrás plasmando sus emociones rosas camufladas bajo trajes bicolores, y acababa con una fotografía de Picasso en el baño.

Bien, nada mejor que hablaros del autor de dicha imagen, David Douglas Duncan, quien supo a través de su objetivo mostrar la intimidad, la cotidianeidad de Picasso.
El fotógrafo americano David Douglas Duncan, nacido en 1916, ya desde 1938, estando en la Universidad de Miami, se siente atraído por el fotoperiodismo. Será ésta una de las vertientes más interesantes del fotógrafo, no sólo por sus fotografías en combates, también y fundamentalmente por sus fotografías de Picasso, a quien conoció gracias a la mediación de Robert Capa. Con el tiempo se convertirá en amigo personal del artista, llegando a ser la única persona autorizada para fotografiar muchas de las pinturas de Picasso, llegando incluso a trasladar su residencia a Valbonne –Francia- cerca de Mougins, donde Picasso vivió sus últimos 12 años.
Publicó diversos libros dedicados a Picasso:
  •  El mundo privado de Pablo Picasso (1958)
  • Picassos de Picasso (1961)
  • Goodbye Picasso (1974)
  • Viva Picasso (1980)
  • Picasso y Jacqueline (1988)
  • Picasso pinta un retrato (1996)
  • Picasso y Lump (2006)


 





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