lunes, 25 de marzo de 2013

Salomé frente a un Herodes obeso


El contraste entre formas y volúmenes parecía ser un juego interesante en las recreadas y reinterpretadas tramas, de un marcado carácter teatral y escénico, que Picasso plasma acudiendo de nuevo al bufón obeso. Si bien, ahora no es tal, o al menos no sólo bufón, sino que además adquiere la connotación de rey, ridiculizado y en gran medida inspirado por los versos de Apollinaire. En la obra Salomé, de 1905, aparece la joven bailarina desnuda, frente al bufonesco rey Herodes, que contempla pasivo la escena, mostrando su actitud más común en las obras de Picasso, actitud indiferente que también otorgaría a muchos de sus arlequines. Salomé usurpa el papel de los acróbatas y bailarines circenses de otras obras del periodo, grácil y seductora, casi repitiéndose la composición de Familia de saltimbanquis: ahora el bufón está sentado, frente a una figura incomunicativa mirando en la misma dirección hacia la que él miraría, o miraba, ya que no están claras las fechas exactas de este dibujo, en el gran lienzo,  y la mujer arrodillada con la cabeza de Juan se convierte en la llamada “mallorquina” del cuadro.
Varias cuestiones llaman la atención. Por un lado, la pervivencia de cierta esencia azul en el anguloso rostro del decapitado, por lo que Picasso no prescinde del todo de aquella estética para emitir mensajes de dramatismo y muerte. Además, la recogida por parte del artista de un claro tema simbolista, corriente con la que siempre se relacionaron sus obras azules, a su pesar. Y no sólo simbolistas, ya que Salomé, así como los protagonistas de la Commedia dell’ Arte, ya habían sido tratados por artistas del Modernismo, como es el esteticista inglés Aubrey Beardsley, también acudiendo al dinamismo de las formas sinuosas, si no del baile en sí, sí de los ornamentos propios de su movimiento artístico. Por otro lado, fruto sin duda de interpretaciones más personales, destaca el hecho de poner en relación a un rey y a un bufón mediante la iconografía, y así, el detenimiento de Picasso en gentes humildes, pobres, carne de espectáculo circense, convertidas ahora en figuras regias no menos humilladas. Viajando en el tiempo y conociendo la personalidad, artística y no sólo eso, del Picasso consagrado: ¿No podría ser Picasso ese bufón convertido en rey?
No hay que olvidar el valor de la danza, del movimiento dinámico en las obras, al que recurre más o menos frecuentemente en este momento. Destaca La danza, también dibujo de 1905, donde vuelve a aparecer un bailarín y obeso personaje.
Aquí el poema inspirador de Apollinaire, Salomé, 1905:

Salomé. Apollinaire
Pour que sourie encore une fois Jean-Baptiste
Sire je danserais mieux que les séraphins
Ma mère dites-moi pourquoi vous êtes triste
En robe de comtesse à côté du Dauphin

Mon coeur battait battait très fort à sa parole
Quand je dansais dans le fenouil en écoutant
Et je brodais des lys sur une banderole
Destinée à flotter au bout de son bâton

Et pour qui voulez-vous qu'à présent je la brode
Son bâton refleurit sur les bords du Jourdain
Et tous les lys quand vos soldats ô roi Hérode
L'emmenèrent se sont flétris dans mon jardin

Venez tous avec moi là-bas sous les quinconces
Ne pleure pas ô joli fou du roi
Prends cette tête au lieu de ta marotte et danse
N'y touchez pas son front ma mère est déjà froid

Sire marchez devant trabants marchez derrière
Nous creuserons un trou et l'y enterrerons
Nous planterons des fleurs et danserons en rond
Jusqu'à l'heure où j'aurai perdu ma jarretière
Le roi sa tabatière
L'infante son rosaire
Le curé son bréviaire


Salomé. Punta seca sobre cobre. 1905

Familia de Saltimbanquis


La danza. 1905

Salomé.  Aubrey Beardsley. 1892

Edith Carrillo


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